Varapalo a los Pablos

14 julio 2020 11:30 | Actualizado a 14 julio 2020 14:27
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Los resultados de las elecciones vascas y gallegas han supuesto un duro golpe para los dos Pablos de nuestra política, Iglesias –Podemos– y Casado –PP–. El primero ha visto cómo su partido ha desaparecido del parlamento gallego, donde era la segunda fuerza política, y se ha reducido a la mitad en el País Vasco. Resulta evidente que las luchas fratricidas, las imposiciones de candidatos y las purgas en la disidencia llevadas a cabo desde Madrid no gustan en las comunidades, donde Podemos y sus confluencias se han convertido en una jaula de grillos. Y el segundo vive la paradoja de que la mayoría absoluta de su partido en Galicia supone una victoria amarga, pues representa el triunfo sin paliativos de Feijóo, el hombre que se negó a secundar sus planes de ir junto a Ciudadanos y que aboga por el diálogo y el retorno al centrismo frente a la crispación y la connivencia con la extrema derecha por la que se ha decantado el líder nacional del PP. Y lo del País Vasco no tiene nombre. Casado defenestró a los líderes naturales para imponer a un Iturgaiz cuya imagen en Euskadi se asocia al pasado. Y su apuesta por la coalición con Ciudadanos no solo no ha sumado, sino que ha restado. Como era de prever. En fin, en los gobiernos de ambas comunidades no cambiará mucho; Feijóo manejarà como hasta ahora su mayoría absoluta en Galicia y Urkullu reeditarà su pacto de gobierno con los socialistas en el País Vasco. Eso sí, habrá más ruido en el parlamento de Vitoria, con el crecimiento de Bildu y la entrada de Vox. Sucesos ambos que tienen mucho que ver con los dos Pablos.

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