Xavi Hernández, de Terrassa, llegó a La Masía a los 11 años como hijo de un jugador del Sabadell. De su padre heredó la afición y profesionalidad. Fue el jugador del Barça que ha disputado más partidos (767) y uno de los que más ha jugado en Champions (151) y en la Selección Española (133).
Después de seis años en el Golfo Pérsico llega esta vez como entrenador al equipo de su vida, que va noveno en la Liga y primero en la enfermería (hasta once bajas simultáneas). Ha llegado tan esperado como la caballería de rescate en las películas americanas y su receta es clara: poner orden, lo que podría dar a entender que no lo había.
Una faceta famosa de su juego de centrocampista era retener el balón. Ahora deberá retener la ilusión, o mejor recuperarla.