Y además de Grecia, China

Los griegos acusan la escasez de liquidez, mientras los chinos tienen recursos excesivos

19 mayo 2017 22:19 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:39
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Ha quedado claro que Bruselas no se fía de los griegos. Ahora les exigen que, en el plazo de setenta y dos horas, sea el Parlamento heleno quién traduzca en leyes nacionales los compromisos necesarios para conseguir un tercer rescate. Como es sobradamente conocido, los males nunca vienen solos. Además de Europa con Grecia, ahora China, en el continente asiático, tiene graves problemas. Y no se crea que la lejanía geográfica nos salve a los europeos de los efectos del gigante asiático, toda vez que la actual globalización no conoce distancias ni continentes por alejados que se encuentren.

Pero la problemática china es completamente distinta de la griega. En efecto, la burbuja china no solo es inmobiliaria, sino que también se extiende a la masa crediticia y al ámbito bursátil. Los ciudadanos griegos acusan el problema de la escasez de recursos financieros, mientras que los chinos, por el contrario, cuentan con recursos excesivos, es decir, con mucho dinero, lo cual constituye también un grave problema, aunque parezca algo imposible y para nosotros cercano a lo que podríamos considerar ciencia ficción.

Ante las incertidumbres existentes y la proximidad del mes de agosto, muchos inversores han optado por esperar al próximo mes de septiembre para efectuar cambios en sus respectivas carteras bursátiles. Las autoridades chinas, sumamente preocupadas, no están de brazos cruzados. El Banco Central de China ha desarrollado medidas que han tenido por efecto la generación de un anhelado rebote bursátil. Los avances no solo se han registrado en el continente, como en Shenzhen y Shanghai, sino también en Hong-Kong, en el Hang Seng.

Tal como han previsto las autoridades económicas chinas, la no incentivación de las posiciones cortas y las importantes inyecciones de liquidez, han sido en mi opinión medidas acertadas, que han conseguido frenar las ventas. Ahora hay que esperar para observar si los efectos serán duraderos o no. Conviene recordar que las fuertes caídas registradas en China, a lo largo de los años 2007 y 2008, anticiparon la caída en los mercados occidentales, por lo que en la Unión Europea (UE) no conviene bajar la guardia.

Y no deja de ser curioso que las subidas en los índices de Shanghai y Shenzhen sean del 90,24 y del 84,88 por ciento, respectivamente, en los últimos doce meses, mientras que en Hong Kong ha sido del 7,15 por ciento, mientras que las bajadas en el último mes han sido del 24,05, 33,39 y 6,69 por ciento, respectivamente. En los índices de Shanghai y Shenzhen, la diferencia, con toda probabilidad, ha venido dada porque las inversiones estuvieron considerablemente apalancadas, con mucha deuda. El mercado de Hong-Kong se ha mantenido mucho más estable y cuenta para los inversores con la ventaja de poder cubrir el riesgo divisa con dólares USA.

Ante la complejidad de la situación china, los analistas aconsejan extremar la prudencia. En efecto, la economía china no ha tocado fondo y hasta ahora la gran oleada de ventas ha sido totalmente indiscriminada pero, sin duda alguna, la economía china se verá negativamente afectada por las caídas bursátiles y pueden deteriorarse considerablemente los índices macroeconómicos chinos, con consecuencias muy negativas para el consumo y la inversión, con un descenso importante en el nivel de riqueza.

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