Y se le apareció la virgen

A Fernando Brey Quintela se le apareció la virgen

26 junio 2020 09:30 | Actualizado a 26 junio 2020 10:32
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A Fernando Brey Quintela se le apareció la virgen. Sí, sí, tal cual. Este vecino de la localidad pontevedresa de A Estrada practicaba la pesca de truchas sin muerte en el río Sar cuando se dio cuenta de que la piedra sobre la que estaba apoyado no era como las demás. «Me llamó la atención que era cuadrada, lo que en el río es bastante extraño, y luego miré las ondas que tenía en el manto y vi la forma de su cabeza y me dije ‘aquí hay algo’». Y sí, claro que había algo; ni más ni menos que la talla de una virgen, una escultura de 159 kilos de peso posiblemente del siglo XIV. Según las primeras investigaciones, la pieza es de estilo gótico y está tallada en cuatro de sus cinco caras. Se presenta como una virgen entronizada en cuyo regazo sostiene al niño Jesús. Sobre los hombros hay dos ángeles bajo los cuales se aprecia una figura que se asemeja a un botafumeiro. Mientras los expertos tratan de determinar su valor artístico y ver si, como sospechan, se trata de la Virgen de la Concha del barrio compostelano de Conxo, donde hay un monasterio medieval al que podría haber pertenecido la escultura, la pregunta que surge es qué hacía esa estatua camuflada entre las piedras de un río. La teoría que gana más fuerza es la de que la imagen fuera desacralizada en su momento para ser utilizada como material de relleno para hacer un dique en el lecho del río. Mira que no habría más piedras por ahí para cumplir esa función. Desde luego, aquí sí que sabemos valorar el arte y ponerlo en su sitio. Menos mal que por allí pasaba el bueno de Fernando y supo responder a la aparición.

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