Y seguimos: la mujer, la más perjudicada

13 junio 2020 18:44 | Actualizado a 14 junio 2020 17:25
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El jueves hubo mesa de negociación con agentes sociales. El Ministerio de Igualdad y el de Trabajo se han puesto ‘de nuevo’ manos a la obra para el desarrollo reglamentario del RD ley 6/2019 sobre los planes de igualdad y las auditorias salariales y también está por la labor de regular el teletrabajo.

¿Y os preguntáis qué necesidad hay de regular tantas y tantas veces «la igualdad»? Yo me pregunto ¿y por qué hay que regularla una sola vez?, ¿por qué tienen que existir leyes para cobrar igual por hacer el mismo trabajo?, ¿por qué nos matan? ¿por qué hay que hacer un pacto contra la violencia machista? Ambos sexos somos personas. Nosotras somos personas y no tenemos ese comportamiento; pero el patriarcado impuesto en nuestra sociedad no solo no desaparece, no solo no se apaga con leyes, va en aumento, y hablo de forma generalizada.

En esta pandemia no iba a ser menos. Hemos dado pasos de gigantes para imponer el teletrabajo en nuestros hogares, pero no hemos conciliado. Hemos hecho más: mamás, trabajadoras, limpiadoras, profesoras, psicólogas, lavadora, lavavajillas… ¿¡Esclavas!? Pocas empresas recompensan el esfuerzo ni el gasto. 

Y en esta pandemia la precariedad ha entrado en los hogares, muchos monoparentales (el 80% de los mismos son madres a cargo de sus hijos), con trabajos precarios, con los abuelos fuera de juego por su vulnerabilidad. ¿Alguien pensó en ellas? ¿Cómo conciliar si estás sola, sin colegio y sin abuelos? Muchas de ellas afectadas por ERTE (ya con jornadas parciales) han llegado a estar dos meses sin ingresos, literalmente, pasando hambre. Menores sin recursos básicos en sus hogares. Si no tienes para comer, ¿el Gobierno y el Govern piensan que estos menores tenían un portátil en casa, internet y madres sin otra preocupación? 

Esos trabajos precarios antes de la pandemia ahora han sido imprescindibles: auxiliares de residencias, limpiadoras, cajeras, vendedoras o auxiliares de clínicas. Todas al 100% al pie del cañón. No olvidemos que el 38,8% de estas mujeres en trabajos precarizados antes de la crisis ya no llegaban ni al salario mínimo interprofesional y la gran mayoría ni mileuristas, según un estudio de ClosinGap. Por cada hombre que trabaja a jornada parcial hay 3,5 mujeres que lo hacen.

Las mujeres tendrían que ganar un 28,6% más para igualar el sueldo de los hombres y se necesitarían 105 años para cerrar la brecha, esa brecha salarial que en Catalunya está en el 23%. 

Nos matan. Según informa el centro de emergencias, las llamadas al 112 han aumentado en más del 88%, y un 60% en el 016. Detectados 913 casos en Catalunya de violencia machista durante el confinamiento, y esto no para aquí, como ya pasó en 2008, esta nueva crisis hará que miles de mujeres por miedo a no subsistir aguanten al lado de los hombres que las maltratan. El daño psicológico que supone vivir tres meses, sin salir, bajo el mismo techo del que te pega no se arregla fácilmente. Paradójicamente, los asesinatos por violencia machista han disminuido en el confinamiento en relación a años anteriores. No descansaremos hasta que no haya un solo asesinato, una sola violación, un solo maltrato psicológico. 

Esta pandemia ha precarizado nuestra situación como mujeres. Es «discriminación salarial», no brecha, ya que nada justifica la desigualdad de los salarios entre hombres y mujeres. Nos matan, es terrorismo machista, esta pandemia nos han encerrado con nuestros maltratadores, veremos las consecuencias.

 

MAR VÁZQUEZ. Secretaria de Igualdad de UGT en Tarragona y delegada territorial en el Baix Penedès

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