'Burka', la verdadera batalla

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha suspendido, de forma cautelar, los puntos de la Ordenança de Civisme del Ayuntamiento de Reus que prohibían el uso del burka y el niqab en la calle. El TSJC detalla en su interlocutoria que los dos polémicos artículos de la ordenanza vulnerarían la libertad religiosa. También se ampara en la sentencia dictada por el Tribunal Supremo en la causa del Consistorio de Lleida que también prohibió el uso de las citadas prendas. El fallo de ahora del TSJC ha despertado la confusión en el Consistorio reusense porque los artículos suspendidos fueron modificados por el pleno municipal precisamente para evitar que su aplicación pudiera interpretarse como un ataque a la libertad religiosa. En aquella modificación se extendió la prohibición a las «vestimentas de cualquier tipo y forma o accesorios que impidan o dificulten la identificación por medios visuales». Así pues, el fallo del TSJC parece tan inane como la propia normativa aprobada en su día por el Ayuntamiento. La presencia de tales ignominiosas prendas por nuestros lares es tan ocasional que no parece lógico desplegar tanto esfuerzo jurídico para ordenar una anomalía inefectiva. A nadie se le escapa que la regulación de la denigrante vestimenta obedece más a un golpe de efecto demagógico que a una verdadera necesidad para garantizar la convivencia. Ciertamente hay mucho camino por recorrer en la defensa de los derechos de las mujeres en muchos países islámicos, pero esta es una batalla más profunda y más compleja como para dilucidarla en la plaza Mercadal.