Demasiados patriotas

El gobernador del Banco de España, que sin duda es muy agradecido además de ser un vidente, cree que la recuperación económica se debe al patriotismo, no a la forzosa austeridad, y que hay que seguir insistiendo en esas virtudes, ya que estamos en el buen camino. Lástima que sea tan largo para casi todos y tan llevadero para quienes han trazado el itinerario. Ya sabemos que la patria no es únicamente donde se está bien, sino donde se está mal y donde no se puede estar y hay que largarse. Lo han hecho centenares de jóvenes que querían mucho a su madre patria pero no podían aguantar más los discursos de los padres de la patria, que hablan todos a la vez. Hasta las elecciones del 24 de mayo no se empezará a ver las cosas con alguna claridad pero seguimos siendo una unidad de desatino en lo universal y los enredos van a seguir.

El Gobierno sigue convencido de que su mejor defensa es un buen atraco. No puede atenuar la presión que ejerce sobre las capas más débiles de la sociedad, ya que muchos están desarrapados aunque les llamen desguarnecidos. Hay que hacerle caso a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, que como tiene pinta de cigüeña sabe lo que va a traernos el futuro inmediato. No es traidora quien avisa, lo que ocurre es que tiene datos. «El crecimiento no es malo, pero no es lo suficientemente bueno». Ha dicho también que los riesgos no compensan las cicatrices de la crisis y que las previsiones para las economías emergentes son un poco peores que las del año pasado.

Estamos tan habituados a perder que ganar nos enfadaría. Además ya no esperamos, aunque mantengamos la esperanza. Es muy difícil desanimar a quienes tenemos el ánimo por los suelos porque si nos agachamos para recogerlo nos duelen los riñones. Lo sé por experiencia, pero pienso seguir haciéndolo. No voy a dejarlo ahí tirado.