Adicción al trabajo, soledad y aislamiento

La Universitat Rovira i Virgili participa en un estudio global sobre la adicción al trabajo y los problemas de salud derivados, que busca visibilizar un problema que preocupa, cada vez más, a las instituciones sanitarias y los gobiernos. El proyecto, dirigido desde dos universidades polacas, Silesia y Gdansk, cuenta con la participación de instituciones de más de un centenar de países. «La encuesta nos dará una visión general del panorama, su gravedad real, si hay mucha gente adicta, cuánta en riesgo de caer, lo cual nos permitirá hacer una diagnosis completa para hacerle frente», explica María José Serrano, investigadora del departamento de Psicología de la URV. En el proyecto participan países donde la adicción al trabajo es un problema realmente grave, como es el caso de Japón. Los expertos advierten que es clave profundizar en la concienciación, en hacer ver que es un problema grave de salud, en que la ansiedad y el estrés pueden desembocar en otros problemas, cardiovasculares por ejemplo. No se puede forzar la máquina.

Esta semana hemos conocido otro informe referente a la salud mental: la soledad y el aislamiento social incrementan hasta cinco veces el riesgo de sufrir depresión. Los más jóvenes son los que padecen de manera más acusada este problema –el 38% de las personas entre 16 y 34 años convive con esta situación–. Al menos 322 millones de personas en el mundo padecen esta dolencia, que no tiene carácter hereditario. Entre los factores ambientales que disparan los episodios depresivos sobresalen los psicológicos, como la baja autoestima, la sensibilidad al rechazo, la inestabilidad emocional y el dar vueltas de manera obsesiva a un pensamiento. Las personas desconfiadas, obsesivas e introvertidas, con tendencia a la mala gestión de los conflictos, presentan una mayor tendencia a la depresión. Tomemos nota y concienciación.