¿Elecciones anticipadas?

El PSOE ha conseguido aprobar los Presupuestos y ahora puede plantearse iniciar una reorientación estratégica hacia el centro moderado, que recupere espacio de maniobra, que rescate perfil centrista y que se desmarque de Unidas Podemos y de sus aliados de investidura. Pedro Sánchez ha logrado sacar adelante las Cuentas y eso, en teoría, le proporciona su marco de estabilidad hasta el final de la legislatura. Sin embargo, la práctica exhibe un fondo de ruido que complica la proyección de una narrativa sobre la acción del Ejecutivo ahora que, con todas las cautelas, comienza a doblegarse la curva de la inflación.

Mientras tanto, la crispación se apodera por completo de la relación entre el Gobierno y la oposición, marcada por una agresividad sin precedentes por ambos lados. Y también ha entrado de lleno a complicar el funcionamiento interno del Gobierno de coalición, en donde se han reabierto algunos focos de desconfianza que amenazan con tensar al máximo las relaciones en la izquierda gubernamental, primero entre el PSOE y Unidas Podemos, pero también dentro de la propia familia morada.

¿Qué puede hacer el presidente ante este escenario adverso, cuando las encuestas revelan que Alberto Núñez Feijóo no despega y que los socialistas resisten mejor de lo previsto? Una hipótesis flota en determinados ambientes políticos. ¿Y si Sánchez decide arriesgar y anticipa las generales aprovechando las municipales? La convocatoria encerraría altos riesgos porque llevar el ambiente de ‘tormenta perfecta’ a los comicios locales pone en peligro las expectativas de poder municipal y autonómico socialistas. El diagnóstico que efectúa el PSOE es que tiene un sector de electorado centrista y de corte más moderado al que le incomodan sus alianzas. Es una franja a la que el PSOE no quiere renunciar bajo ningún concepto porque sabe que es clave para enfrentarse al PP.