La automoción recupera el aliento

No han sido estos últimos unos buenos años para el sector de la automoción. A la crisis general provocada por el parón a que obligó la pandemia de Covid-19, que ralentizó el mercado, se unió la falta de chips y otros componentes y un gran atasco en el tráfico marítimo, unas circunstancias que se unieron para generar la tormenta perfecta y causar un desabastecimiento nunca antes visto. Tanto, que hubo momentos en los que los compradores tenían que esperar durante largos meses para recibir el coche que habían adquirido.

Todo ello se tradujo en un boom sin precedentes de la compra-venta de vehículos de segunda mano, al tiempo que la imposibilidad de cambiar de automóvil repercutió negativamente en la edad del parque móvil y, por tanto, en la seguridad. Asimismo, ese periodo negro para un sector productivo y empleador tan importante como lo es el de la automoción afectó seriamente la viabilidad de algunas fábricas y de muchos concesionarios.

Hoy, sin embargo, aquella crisis parece que empieza a darse por superada, como lo atestiguan las cifras que hablan de un notable incremento de las ventas, a pesar incluso del no menos notable aumento en los precios, que obliga a muchos consumidores a seguir decantándose por el mercado de ocasión. En este sentido, sería deseable que se recuperen algunas ayudas e incentivos que faciliten la compra de un vehículo y que contribuyan a rebajar la edad de los coches que circulan por nuestras carreteras, así como la contaminación que causan los vehículos más antiguos.

En todo caso, el buen momento que vive el sector del automóvil es una buena noticia y un síntoma de que la tan ansiada recuperación de la economía está cada vez más cerca. El fenómeno cobra singular importancia si tenemos en consideración que se trata de uno de los sectores que más innovaciones tecnológicas aplica y que no solo es un motor económico, sino también una importante fuente creadora de puestos de trabajo.