La nueva subida de tipos de interés

El Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer volver a subir sus tipos de interés, en esta ocasión en medio punto porcentual, hasta el 3%, en lo que es la quinta subida consecutiva, y anunció su intención de aumentarlos en otros 50 puntos básicos en marzo porque la inflación subyacente sigue muy elevada y la economía aguanta bien los aumentos acometidos hasta ahora. Sí, esa medida está encaminada a frenar el desbocado ascenso de los precios para que no frustre la recuperación.

Pero, paradójicamente, uno de sus inevitables efectos es una cierta contención del crecimiento al penalizar el consumo y la inversión, lo que obliga a manejarla con un extraordinario tino tanto en los tiempos como en la intensidad para evitar que, en un contexto de deterioro de las perspectivas económicas, desemboque en una nueva recesión. Y es que el BCE debería tener en cuenta que el fuerte alza de los precios en la Eurozona no obedece a un consumo desbocado, sino al brusco encarecimiento de la energía y a otros efectos de la guerra en Ucrania. De ahí que sea necesario afinar al máximo la subida de tipos para que no estrangule más la actividad.

De momento, el primer efecto de esta subida de tipos será un nuevo encarecimiento de la cuota de las hipotecas contratadas a interés variable, un aumento que amenaza con ahogar muchas economías familiares, toda vez que al importante aumento de la cuota de la hipoteca deben hacer frente al imparable incremento de los precios de todos los productos básicos. Y esta medida llega además cuando la evolución del empleo, que había sido generadora de buenas noticias en los últimos meses, amenaza con un estancamiento. El país afronta un delicado momento en el que serán puestas a prueba la pericia del Gobierno y la responsabilidad de todos los agentes políticos y sociales. No es hora de profetas del catastrofismo, sino de acertar en el diagnóstico y arrimar el hombro para enderezar el rumbo cuanto antes.