Sigue la cuenta atrás. Solo quedan 21 días para que estalle la tormenta perfecta que provocará el corte de vías entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders. Y a día de hoy, todavía hay demasiados interrogantes. Hay algo que no entendemos, y en esta ocasión la pelota no está en manos del Ministerio de Transportes, sino de la Generalitat de Catalunya. ¿Por qué en el Camp de Tarragona, años y años después, no tenemos todavía tarjetas T-10/120, como sí ocurre al resto de Catalunya? ¿Por qué somos los únicos que no tenemos este título de transporte? ¿Por qué, una vez más, somos tratados como ciudadanos de segunda? ¿Por qué no aumentan la frecuencia de buses directos entre Tarragona y Barcelona para cubrir el incremento de demanda que evidentemente se va a producir en octubre? La gente tiene que buscarse la vida y los usuarios no tienen las cosas fáciles. Insistimos, quedan apenas 21 días para el corte de vías y la conselleria sigue sin pronunciarse. Las soluciones aportadas tampoco son suficientes. Señora consellera, ¿qué tiene previsto hacer al respecto? Es una deuda histórica y merecemos saldarla. De hecho, ya lo mereceríamos en circunstancias normales, pero queda menos de un mes para el estallido del caos ferroviario y esto debería ser motivo suficiente para acelerarlo.
Esperamos noticias vuestras que, de una vez por todas, pongan un poco de justicia a los déficits que vivimos en el Camp de Tarragona. No pedimos tanto. Únicamente un buen servicio de autobús que nos garantice al menos los enlaces más solicitados y a un precio asumible. No olvidemos que la movilidad se produce por muchos motivos: laborales, familiares, médicos u ocio. Necesitamos explicaciones, necesitamos un plan y necesitamos no sentirnos una vez y otra el patito feo de nuestro país. Los usuarios del Camp de Tarragona también merecen tener una tarjeta T-10/120. Como la tienen en Girona, en Lleida y en las Terres de l’Ebre.