Triunfo socialista e irrupción de Vox

Las elecciones celebradas ayer dejan muchas y muy diversas sensaciones. Por un lado, es de destacar los triunfos socialistas en las dos grandes ciudades, que representan un vuelco en los gobiernos de Tarragona, donde Rubén Viñuales será el nuevo alcalde, y Reus, donde solo un pacto a cuatro bandas arrebataría la alcaldía a Sandra Guaita.

Por otro lado, la consolidación de los alcaldes y alcaldesas de poblaciones importantes, como Tortosa, Valls, Salou, Vila-seca, Cambrils o El Vendrell, que revalidan la confianza de sus vecinos. Y, como noticia de alcance por lo sorpresivo, la fuerza con la que ha irrumpido Vox, con tres concejales en las ciudades de Reus y Tarragona y con presencia en muchos consistorios, sobre todo del Camp de Tarragona, toda vez que en las Terres de l’Ebre sus resultados no son tan buenos.

En todo caso, habrá que enfrentarse a la novedad de ver a la extrema derecha sentada en los plenos de los principales municipios de la demarcación. Su irrupción ha tenido, sin duda, mucho que ver con el descalabro de Ciudadanos, que desaparece del mapa y apenas deja como débil testimonio de lo que fue un concejal en Salou.

Era la crónica de una muerte anunciada. También el PP ha podido rascar algún voto de los defenestrados naranjas, pues los populares parecen iniciar una revitalización. En unos comicios en los que, a diferencia de los pasados, el tema independentista no ha dominado la campaña, tampoco Esquerra vivió un gran día, al perder Tarragona, no conquistar Reus y dar la sensación de que en 2019 tocó techo.

Aguantó mejor el chaparrón Junts, que mantiene su poder de convocatoria. Prácticamente, como los Comunes, que quedan como una fuerza con escasa relevancia. Sea como fuere, ahora a los alcaldes electos les toca gobernar y a los ciudadanos exigir que lo hagan anteponiendo el interés de sus ciudades a los de su partido y que trabajen para mejorar la calidad de vida de sus vecinos.