El asesinato de una mujer en Tarragona a manos presuntamente de su pareja vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de atajar una lacra que no cesa. De hecho, en lo que llevamos de año en la provincia se han registrado ya tres muertes por violencia machista, una tragedia que en España se ha cobrado ya la vida de al menos 48 mujeres desde enero. Cuatro, en apenas 48 horas, en una escalada que pone de manifiesto el largo trecho que queda por recorrer entre una sociedad crecientemente concienciada y una respuesta tanto ciudadana como institucional que ponga freno a un grave problema enquistado y de muy difícil solución. Y es que la violencia machista constituye una cruel realidad que requiere más acciones eficaces y menos confrontación partidista, salvo para replicar la indignidad de quienes se empeñan en negar lo que ni siquiera su fanatismo puede ocultar.
Cortar esta cadena de muertes es un mayúsculo desafío y una responsabilidad de todos. Incluida la Administración
El hecho de que en muchos de los crímenes ocurridos este año no se hubieran producido denuncias previas retrata uno de los problemas pendientes para combatir con mayor eficacia el machismo asesino. Porque lo más probable es que estas mujeres llevaran aguantando en silencio un calvario que desembocó en su muerte. Es probable también que por diferentes motivos no se atrevieran a denunciar el infierno en que vivían, por lo que es imprescindible mejorar las garantías para que las mujeres en peligro tomen conciencia de su situación, se armen de valor y den la voz de alarma sabiendo, eso sí, que gozarán de protección. O, en su defecto, que lo hagan personas de su entorno conocedoras de su estado y del riesgo que sufren. Cortar esta cadena de muertes es un mayúsculo desafío y una responsabilidad de todos. Incluida la Administración, que ha de mejorar sus mecanismos preventivos de respuesta y destinar los recursos que sean precisos no solo para proteger a las víctimas, sino para formular políticas educativas y sociales basadas en la igualdad y el respeto que sirvan para frenar esta sangría tan insoportable.
