Entre la inseguridad y la incerteza

Hay un agotamiento en la sociedad de la situación de monopolio del poder

19 mayo 2017 23:45 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:25
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Si entendemos por seguro, aquello que tenemos por cierto e indubitable; y si entendemos como certeza nuestro conocimiento claro de alguna cosa; entonces podremos pensar que la inseguridad y la incerteza son aquellos pensamientos o sentimientos contrarios, que nos dejan abiertos a la duda y a la perplejidad.

Pues bien, en principio, el recién estrenado año 2015, debería ser un tiempo en el que se nos fueran despejando bastantes de las inseguridades y de las incertezas que venimos arrastrando desde hace algunos años, en los ámbitos sociales, económicos y políticos de nuestro mundo occidental y, en especial, en el europeo.

Por de pronto, tenemos unas elecciones en Grecia, de las que podrán salir diversos resultados de las urnas, que influirán no sólo en el propio país, sino en toda la Unión Europea; y que nos servirán para constatar si la Europa Occidental es todavía una confluencia de intereses económicos, con mercado común, o también se pretende una unión política y social, con sus ventajas e inconvenientes.

En España, tenemos unas elecciones municipales y autonómicas, a finales de mayo, que deberían servir para despejar algunas de nuestras inseguridades e incertezas. En apenas cuatro meses, tendremos unos resultados reales, de urnas legales y más allá de las distintas encuestas, cocinadas o no; que nos darán una fotografía de la sociedad española actual; y de cuyo resultado podría derivar el comienzo de una nueva etapa política, en la que los dos grandes partidos, PP y PSOE, dejaran de ser realmente imprescindibles.

En Catalunya, después de unos meses de divergencias entre CDC y ERC, podrían darse unos acontecimientos que conllevaran una nueva situación, en la que la ciudadanía dejara de apoyar preferentemente a dichos partidos; tanto por sus obsesiones independentistas y de ruptura del Estado, como por las luchas descarnadas por el poder.

Aparentemente, hay un agotamiento en la sociedad española de la situación de monopolio del poder durante los últimos treinta años, ejercido por los dos grandes partidos PP y PSOE. Y también aparentemente, hay una sensación de cansancio en la sociedad catalana por la luchas de poder entre los dos grandes partidos nacionalistats-soberanistas CDC y ERC, que han gobernado en Catalunya desde el ya lejano año 1980, en que tuvieron lugar las primeras elecciones autonómicas, bajo distintas formulas políticas y consensos básicos. Hay como una estrategia de fondo -más virtual que real- en la que tanto PP-PSOE en el ámbito español, como CDC-ERC en el catalán, quieren aparentar que apenas tienen nada que ver con la situación real en España y Catalunya durante los últimos ocho años. Y la crisis económica, ética, política y social no les es ajena a ninguno de ellos.

Pero la propaganda y los recursos económicos que se van a invertir, pueden llegar a conseguir que los españoles, en general, así como los catalanes, en particular, lleguemos a pensar que puede valer la pena renovarles la confianza, mediante nuestro voto en las urnas. El resultado final del ciclo electoral de este año 2015, municipales, autonómicas y generales, nos dará la medida en la que la propaganda ha conseguido sus objetivos; y la ciudadanía ha tenido más o menos en cuenta, aquellas mentiras y penalidades soportadas durante los últimos ocho años, con un gran esfuerzo de la inmensa mayoría.

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