La reunión del Foro de Davos y la guerra de Vladímir Putin

Los líderes económicos se reúnen en Davos (Suiza), ¿pueden influir en la guerra? Por ahora, es la guerra la que está teniendo un impacto en la economía. La guerra ha interrumpido las cadenas de suministro mundiales y ha hecho que los precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes alcancen un nivel récord en poco tiempo. Es posible que 40 millones de personas, en África Occidental y Central, no puedan satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. La desglobalización es una tendencia que se ha visto reforzada por la pandemia y las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.

En lugar de que los ciudadanos globales se reúnan en Davos para hablar de los problemas urgentes, los Estados se repliegan en sus propias fronteras. Globalizadas, en cambio, siguen siendo las empresas. Mientras se hacen más poderosas, los gobiernos se debilitan. Las sanciones contra Rusia demuestran que, en contra de lo esperado, al menos Occidente ha sido capaz de formar una fuerza unida. Pero la pregunta sigue siendo ¿qué efecto tienen las sanciones? Hasta ahora, hay pocas pruebas de que las sanciones internacionales por sí solas consigan mucho. Pero, en el caso de Rusia, donde las opciones diplomáticas están prácticamente agotadas y se descarta la intervención militar, parecen ser el único instrumento.

Mientras tanto, la demanda de armamento aumenta en todo el mundo, un efecto directo de la desglobalización y la guerra de Putin. Por consiguiente, la industria armamentística apenas puede mantener el ritmo de producción. El sector asegura un importante número de puestos de trabajo. Sin embargo, los bancos son más peligrosos que los ejércitos permanentes, escribió Thomas Jefferson, uno de los padres fundadores de Estados Unidos de América en el año 1816. De hecho, los bancos tienen fama de aprovecharse de la guerra. Cabe formularse la pregunta ¿hacen los bancos lo suficiente para garantizar que los activos rusos estén realmente congelados? En mi opinión la respuesta es compleja.

La invasión rusa de Ucrania ha provocado medidas económicas sin precedentes, pero sigue abierta la cuestión de si tendrán efecto en el curso de la guerra. La historia demuestra que estas sanciones se han utilizado durante siglos, aunque con resultados discutibles. Al menor desacuerdo con otros reinos, los monarcas medievales no dudaban en expulsar del país a los mercaderes de lana extranjeros e incluso prohibir las importaciones, según el grado de cercanía que sentían hacia el territorio del que llegaba la mercancía. En la Guerra Civil estadounidense y en la Primera Guerra Mundial, se impuso a los confederados y a Alemania y sus aliados un bloqueo físico, incluso de comida. El objetivo no era otro que impedir que llegaran suministros que pudieran alimentar los esfuerzos bélicos. Apenas unos días después de que los tanques rusos entraran en Ucrania, los gobiernos occidentales impusieron a Rusia una serie de sanciones. Estas medidas incluyen vetar que aviones rusos vuelen sobre el espacio aéreo de Estados Unidos y Europa, así como distintas medidas de amplio alcance, destinadas a obstaculizar el sistema financiero ruso. La Unión Europea (UE) y sus socios están trabajando para paralizar la capacidad de Putin de financiar su maquinaria de guerra. Pero más allá del anuncio, ¿es verdad que las sanciones derrumban regímenes? No se ha demostrado que las sanciones económicas, por si solas, hayan alterado la política de manera importante.