El vecino elige alcalde

Después de una campaña larga, tensa y bastante sucia, llegó el gran día en que, como decía Mariano Rajoy en una de sus famosas frases, «es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde...». No, no pierdan demasiado tiempo en tratar de encontrar sentido a esta sentencia y, mejor, aprovechen el domingo en otros menesteres.

Pero sí, el caso es que hoy los ciudadanos votamos a los candidatos a alcalde –la elección como tal, y a pesar de que Rajoy lo dejaba en manos de los vecinos, será ya responsabilidad de los concejales electos y los partidos, con sus pactos más o menos naturales, más o menos inteligibles, más o menos aceptables...–. No sé a ustedes, pero a mí la campaña se me ha hecho larguísima. Y eso que en ocasiones hasta resultaba gracioso ver hasta dónde llegaba el celo de algunos candidatos, que incluso discutían por el lugar en que estaban posicionados en una foto de conjunto. ¡Ay, los políticos!

Pero nada, no dejemos que nos arrebaten el protagonismo. Hoy es nuestro día, la hora de los ciudadanos, ese día en que los políticos tratan de mostrarnos su mejor sonrisa, hasta el punto de que pareciera que de verdad están al servicio del pueblo al que aspiran a representar.

Sí, es una debilidad que enseguida se les pasa; tan pronto como se sientan en la poltrona. Pero eso ya vendrá; hoy toca disfrutar de esa fiesta democrática que permite que por un momento creamos que de verdad «es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde...». Pues hala, a eso.