Jugarse la alcaldía a cara o cruz

No deja de resultar curioso que en la época en la que la tecnología está ya presente en todas y cada una de nuestras actividades, cuando cada día surge un avance nuevo y ya estamos hablando de inteligencia artificial, haya cosas tan importantes como deshacer un empate para saber quién debe ser el alcalde de un pueblo que se resuelvan tirando una moneda al aire.

Si sale cara, gobernará el PSOE; si es cruz, lo hará el PP –o viceversa, que no quiere herir susceptibilidades con esto de la cara y la cruz–. Es lo que pasará –si la Junta Electoral no lo remedia, pues hay dos votos en revisión– en la localidad abulense de Casillas, donde sus 646 habitantes se hallan divididos entre sus preferencias por los socialistas y los populares. En efecto, los comicios del domingo dejaron un empate a 239 votos entre los candidatos de ambos partidos, lo que otorga a cada formación tres ediles.

El séptimo lo decidirá una moneda, como en los partidos de fútbol. Parece que es en lo único que se han puesto de acuerdo los dos partidos, que han rechazado dividirse la alcaldía durante la legislatura y gobernar dos años cada uno. Pues eso: tanta campaña, tanto mitin, tanto esfuerzo en tratar de convencer a los vecinos, en contarles las bondades de sus programas...

Tanta tecnología, para al final recurrir a un método tan arcaico como el jugárselo todo a cara o cruz. Ya solo falta que la moneda, siempre caprichosa, caiga de canto.