Epicteto

«No eres una entidad aislada, sino una parte única e irremplazable del cosmos. No lo olvides. Eres una pieza esencial en el rompecabezas de la humanidad». Se cree que estas palabras pertenecen a Epicteto, un destacado filósofo estoico griego que nació hace casi 2.000 años en Hierápolis (actual Turquía), un lugar que, en su día, fue el santuario de la diosa madre anatolia Cibeles, la Magna Mater. Epicteto es una mente extraordinaria, de la que tenemos mucho que aprender en el mundo turbulento y problemático de hoy. Pero su historia de vida es igual de interesante y extraordinaria. Se le conoce como «el esclavo que se convirtió en filósofo». Nació en el sufrimiento y la esclavitud; fue vendido y revendido varias veces; maltratado, golpeado, menospreciado e incluso torturado. Nada pudo quebrantar su espíritu. O quizás muchas cosas sí, pero al final, se fortaleció aún más en los lugares donde había sido herido. ¿Cómo lo hizo? Uno se pregunta. Imagínense, lo llamaron «epicteto», que significa «el que se compra o se adquiere». Como un objeto. Como una baratija de poco valor. Como si no fuera nada. Sin embargo, al morir en su vejez, no solo era un hombre libre, sino también un pensador, maestro y sabio muy venerado, a quien reyes, generales y ricos comerciantes acudían en busca de consejo. El pasado siempre acude a nuestro rescate cuando se le convoca.