No se asusten, nadie sabe de lo que estamos hablando (qué novedad...) Pero el palabro que llevo por título significa amor y fascinación por los atardeceres. Revela un asombro genuino por el ocaso, un fenómeno que conecta con nuestras emociones y nuestro bienestar. Más que un simple gusto, impulsa a buscar los mejores lugares para apreciar este espectáculo natural. Nos obliga a buscar peñascos, miradores, ventanas, balcones. El ocaso son también las «horas azules» (the Blue Hours) que tan bien define Joan Didion. No es la noche, tampoco su preludio, es el anuncio de que la noche va a llegar, mientras la luz del sol aún está ahí. Son los atardeceres «Bleu Magritte» de mi querida Bruselas, cuando las tardes de finales de verano se tiñen de un azul que tiene algo de añil y algo de verde. Llega el mes de septiembre y las mejores puestas de sol las tenemos cerca. El color rojo por encima de la Mola, hacia las Muntanyes de Prades, hacia Tivissa-Vandellós. El cielo será un espectáculo. Un adelanto del frío. No será el otoño pero ya será el incio del ocaso de este año 2024. Opacarofilia, fascinación por los atardeceres, por el final de un día. Olvídense de las redes sociales y miren al cielo. Por una vez.
Opacarofilia
29 agosto 2024 20:57 |
Actualizado a 30 agosto 2024 07:00
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este
enlace.
Comparte en:
Comentarios