Pedro Sánchez presentó ayer su gobierno de 22 ministros, con cuatro vicepresidentas. La sorpresa fue nombrar para Transportes a Óscar Puente, el azote de Feijóo, y a su colaboradora, Ana Redondo, para Igualdad. De Catalunya llamó a Hereu y Urtasun, mientras cesaba a Iceta. Sánchez se había pasado el fin de semana con llamadas a unos y otros.
Franco apenas usaba el teléfono para eso, sobre todo para los ceses. Solía enviar un motorista al domicilio del despedido con una carta de agradecimiento. La vibración del motor de una moto era el ruido más temido, tanto que Arias Salgado sufrió un infarto tras la destitución.
Le sucedió Fraga. Cuando años después fue cesado, Vázquez Montalbán escribió que el riesgo debió de correrlo el motorista.