«He aquí un adiós que no carece de grandeza». No recuerdo quien lo dijo, pero creo que se refería a la retirada de De Gaulle. En todo caso, bajo el balón de las nubes y la aplico a Dani Vidal, entrenador del Nàstic hasta el domingo pasado.
La crónica de Joel Medina y la fotografía de Alba Mariné sobre la rueda de prensa de despedida reflejan muy bien la personalidad del protagonista. Se sincera sin amargura sobre la decisión inesperada de su cese, constata que el cargo de entrenador vive un examen permanente, y dedica palabras de gratitud a la directiva, los jugadores, los técnicos, la afición, la prensa, la familia y todo el que pasaba por allí.
Dani Vidal es joven. Con la experiencia de Tarragona y su bondad de persona agradecida, tiene un futuro asegurado.