Con la muerte de Theodor Hauschild (Erfurt, 1929), Tarragona despide a un arqueólogo alemán enamorado de la ciudad y su historia, a la que dedicó más de medio siglo de investigación rigurosa. Jordi Rovira le definió como la máxima autoridad en nuestro pasado romano.
Tarragona le hizo Hijo Adoptivo, la Universitat le invistió con un título Honoris Causa, la Generalitat le concedió la Creu de Sant Jordi..., pero sus mayores alegrías fueron sus descubrimientos como los que hizo ya en 1961 en el monumento de Centcelles, de Constantí, y los que determinaron los comienzos de la Muralla de Tarragona a partir de sus investigaciones de la Torre de Minerva.
Estudioso infatigable de nuestros monumentos, él mismo merecería un monumento.