Ayer hablé de la importancia de leer, y vamos hoy con la de escribir, práctica que se pierde. No me refiero a mensajes tipo OK, que algunos sustituyen aún por un signo para ahorrar letras, sino a lo que eran las cartas y postales.
Andrea Wulf, biógrafa de Alexander von Humboldt, dice que el explorador alemán escribió en su vida unas 50.000 cartas y recibió el doble. Y Peter Seewald, experto en Joseph Ratzinger, cuenta que se conservan 30.000 cartas suyas de antes de su ordenación episcopal.
La escasez sube el precio, así se explica la ilusión de recibir... una postal de Venecia. Mi sobrina la mandó el 6 de julio. Los carteros tardaron casi dos meses en traerla a Tarragona, quizá porque se entretuvieron contemplando un objeto tan extraño.