El frío glacial de estos días en Washington obligará a Donald Trump a jurar su cargo en la Rotonda del Capitolio, salón circular situado exactamente debajo de su majestuosa cúpula.
En 1801 Thomas Jefferson fue el primer presidente en tomar posesión en este lugar al que llegó andando desde su alojamiento en una pensión cercana. A partir de entonces ha sido escenario para esta ceremonia alternando con las escaleras exteriores del edificio, adonde se trasladó en tiempos de Monroe como solución a una disputa sobre si debía realizarse en el Senado o en la Cámara de Representantes.
La Rotonda tiene una historia emotiva. En ella se velaron los cadáveres de varios presidentes, entre ellos los cuatro asesinados: Lincoln, Garfield, McKinley y Kennedy.