Mi cita de ayer de Alexander von Humboldt no fue casual. Un amigo de Australia me regaló la magnífica biografía que escribió de él Andrea Wulf: La invención de la naturaleza. El científico y aventurero alemán exploró la selva de Venezuela, recorrió la cordillera de los Andes, subió a la cima de los volcanes, y en 1.800 habló ya del cambio climático y del peligro de la deforestación de los bosques
Admirado por Darwin, amigo íntimo de Goethe y Schiller, era en su momento el hombre más famoso del mundo después de Napoleón. Fue invitado por Jefferson a la Casa Blanca cuando Washington tenía solo 4.500 habitantes y el presidente vivía tan austeramente que su lavandera tendía su ropa a la vista de todos. Buen libro sobre un increíble personaje.