El poeta italiano Cesare Pavese se suicidó hace 74 años en Turín. Amigo de Norberto Bobbio, Ludovico Einaudi y Natalia Ginzburg. En su ensayo El oficio de poeta sostiene la necesidad de que las palabras se adhieran a las cosas y rehúye la musicalidad por sí misma. Liberar la poesía de la rima, del ritmo y dejarla libre. Uno de sus últimos poemas fue encontrado en un cajón de su habitación. Era la despedida que le dedicaba al amor fallido con la actriz norteamericana Constance Dowling. Dice así:
«Vendrá la muerte y tendrá tus ojos,
Será como dejar un vicio,
como mirar un espejo
asomarse al rostro muerto
como escuchar un labio cerrado
Nos hundiremos en el remolino, mudos»´
Catalunya es la más italiana de las tierras fuera de Italia. Más que Argentina. Como ellos, somos nación de poetas que han dejado una huella perenne. Sólo la poesía es capaz de atravesarte el alma y dejarte quieto, sin mover un músculo. Dicen que aprender un verso cada día es el secreto de la felicidad. Al menos lo es de la belleza.