«El Mediterráneo es un foco de peligros provocados por el cambio climático», asegura un informe elaborado por una decena de expertos que analizan el clima a nivel mundial. Las lluvias torrenciales en Libia de hace dos semanas fueron 50 veces más probables por el calentamiento global provocado por la acción humana. Y lo mismo en Grecia, Bulgaria o Turquía.
En Tarragona ya nos hemos acostumbrado a ver coches sumergidos bajo el agua o calles de las Terres de l’Ebre transformadas en riachuelos. La madrugada del miércoles, los más de 100 litros por metro cuadrado caídos causaron daños en Torredembarra y Creixell.
La mala gestión humana del planeta está detrás de estas catástrofes. En Libia, donde ya van más de 11.000 muertos y decenas de miles de desaparecidos, la deforestación y el mantenimiento deficiente de las infraestructuras agravaron las inundaciones.
«Existen soluciones prácticas que pueden ayudarnos a evitar que estos desastres se conviertan en rutinarios: una gestión de emergencias reforzada, mejores pronósticos y sistemas de alerta o infraestructuras diseñadas para el clima futuro», sostiene Cruz Roja. Pues pongámonos a ello.