Grandes rebajas

El problema es que se agote nuestra paciencia antes de que se agote el dinero

19 mayo 2017 22:57 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:27
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La Audiencia baja de 133 a 5,6 millones la fianza del zarandeado don Rodrigo Rato, que se resiste a subir sin orgullo a la horca. La cantidad que le exigían por presuntas irregularidades en la salida a Bolsa de Bankia es menor. Esto tiene toda la pinta de ser el cuento de nunca acabar pero, mientras, han empezado los descuentos. La sustanciosa rebaja se ha fijado en función de las reclamaciones de los minoritarios, que siguen siendo mayoría. La decisión del juez Andreu, que es el que instruye el caso clínico, opta por una cifra que asegure una parte de la devolución de los 1.800 millones de euros colocados entre los desprevenidos ahorradores. Era la fianza de mayor cuantía de nuestra turbia historia económica, que la han protagonizado siempre los mismos, desde los Reyes Católicos para acá.

El problema es que se agote nuestra paciencia antes de que se agote el dinero, como le ha ocurrido a Grecia, que está al borde de estallar aunque algunos sigamos leyendo a sus clásicos, que son intemporales a pesar de los tiempos que corren. El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfran Schäuble, dice que no es imaginable llegar a un acuerdo y que están perdiendo el tiempo, que es oro, aunque la realidad es que el oro es tiempo. Todo es relativo, como resumió en fórmulas Einstein, y Grecia, cuyas regiones con peores datos de paro llegan al 28,7%, nos libra de que Andalucía, grecorromana y mora, sea la región con más desocupados de Europa. Tenemos un desempleo juvenil del 61,5%, pero abril es un mes jubiloso, a pesar de lo que creía Elliot, que como era un metafísico se olvidaba a veces de lo puramente físico. Hay ferias y hay pan y toros, si bien estas dos últimas cosas han decaído en algo, desde el descubrimiento del pan Bimbo y la ausencia de José Tomás. No somos los últimos, gracias a Canarias, Ceuta y Extremadura. Estamos en el furgón de cola, pero seguimos viviendo a todo tren y vamos en él. Desde la ventanilla podemos ver grandes rebajas.

Comentarios
Multimedia Diari