La ACA llega tarde y mal

Hay fenómenos naturales sobre los que no se puede incidir, al menos a corto plazo. Tal es el caso de las lluvias torrenciales que cíclicamente sacuden el litoral mediterráneo y de las que Catalunya es víctima frecuente. Esta semana hemos vivido una nueva sacudida de dimensiones desproporcionadas con una afectación especialmente grave en la Conca de Barberà y el Baix Camp. En este caso es de lamentar de forma especial, por lo que tiene de irreparable, la pérdida de vidas humanas. Los daños materiales también son cuantiosos, pero podrán superarse como ya se ha hecho en otras ocasiones. Experiencia tienen sobre todo L’Espluga de Francolí y Montblanc que nuevamente ante la desgracia han aflorado lo mejor de su calidad humana, con una solidaridad entre los vecinos que dan razón de ser a los lazos que crea la comunidad. Todo ello no puede evitar la exigencia de ser especialmente críticos por todo aquello que no se hizo y que hubiera al menos paliado la desgracia de haberse llevado a cabo. Nos referimos a la limpieza de los lechos de los ríos y barrancos. Este quehacer recae directamente en la Agència Catalana de l’Aigua (ACA). Hacia este organismo se han dirigido la mayoría de miradas acusatorias tras comprobarse que el grado de suciedad acumulada en los lechos fluviales fue una de las causas primordiales para provocar las inundaciones que han afectado a las poblaciones. Los árboles, los cañizales y la suciedad arrastrada por la corriente han actuado de presa al llegar a los puentes provocando el desbordamiento del caudal desbocado. La alcaldesa de Cambrils, Camí Mendoza, exigió el miércoles a la ACA que sea más cuidadosa con su responsabilidad de tener en condiciones las rieras y barrancos. En Salou se sigue esperando la canalización del Barranc de Barenys. La ACA realizó ayer el encargo a la empresa pública Forestal Catalana para actuar en los cauces afectados por las trombas de agua. Llegamos tarde, como también ha denunciado el alcalde de Montblanc. Y llueve sobre mojado. ¿Hasta cuándo?