La inflación por las nubes

Hace tan solo unos días hemos oído hablar en todos los medios de comunicación de la pésima noticia de la enorme subida del IPC, que subió en junio un 10,2%, algo que no sucedía desde 1985, teniendo en cuenta que a finales del 2021 cerró en 6,7%, el índice más elevado en 30 años. Está claro que todo esto sucede en un contexto de varias crisis agravadas por la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Todas las medidas del Gobierno para paliar estos efectos, algunas de ellas con anterioridad a la guerra, han resultado absolutamente insuficientes para frenar la inflación.

Si al índice de precios al consumo le sacamos los productos energéticos, puesto que entran en los bienes que miden el IPC, y le sacamos también los alimentos frescos, por su volatilidad, nos encontramos con el resultado que nos marca la inflación subyacente, del 5,5%, es la tasa más alta en casi 30 años.

La incansable escalada de precios ha terminado por absorber o por dejar sin valor todos los descuentos y bonificaciones del Gobierno de España. El Gobierno admite ahora que la inflación ya existía antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. El Ejecutivo prevé que se agraven los datos y que su impacto dure años. La inflación, que ya teníamos en el 7,6% en febrero con anterioridad a la invasión de Ucrania, ataca de manera muy especial a las pymes, a los autónomos y a las rentas más bajas.

La mayor preocupación tanto de Europa como de EE.UU. es la posible entrada en recesión, como apuntan todas las alarmas.

Como decía el presidente de nuestra patronal PIMEC, Antoni Cañete, recordando al campeón mundial de ajedrez Bobby Fisher y mencionando una frase célebre suya: «Debes tener espíritu de lucha, forzar los movimientos y aprovechar las oportunidades». Esta es la filosofía que deben tener los pequeños y medianos empresarios y autónomos, y seguía diciendo que hoy en día las pymes están llegando a una situación de jaque y mate ante un tablero de juego muy difícil con una alta inflación, un importante endeudamiento y amortización de créditos ICO, encarecimiento de la energía, el final de la moratoria de la ley concursal, falta de suministros de materias primas y un TMVI a 12 meses que ha pasado a positivo después de seis años en negativo. Y anunciaba un auténtico escenario de adversidades, al que se le añade que, según la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad, cuyo presidente también es Antoni Cañete, existe un enorme peligro de empeoramiento de los plazos de pago que afectará especialmente a pymes y autónomos. Este proyecto ha sido fruto de la denuncia que hicimos desde PIMEC a la comisión de reconstrucción del Congreso, lo que provocó que Europa exigiera al Estado español que ninguna compañía tuviera acceso al dinero público, ni a los fondos europeos, si no cumple con las leyes de morosidad europea y española, que obligan a las empresas a pagar en un plazo máximo de 60 días, y a la Administración, con un límite de 30 días.

Este pasado 27 de junio la patronal PIMEC celebró la 35ª edición de los premios PIMES, premios en los que, a buena fe y en realidad, se han visto reflejados todas las pymes y autónomos, puesto que a pesar de todas las adversidades siguen luchando diariamente, cada hora y cada segundo para mantenerse en el mercado, pagar sus impuestos, la Seguridad Social, los alquileres, los recibos de la luz y los sueldos de sus trabajadores, ayudando con ello en gran manera a la recuperación económica de nuestro país. No saben aquello que dicen, siempre llueve sobre mojado.

¿Realmente se dará cuenta el Gobierno de la enorme necesidad de ayudar al motor de la economía de nuestro país? Veremos.

«Estar preparado es importante, saber esperarlo es
aún más, pero aprovechar el momento adecuado
es la clave de la vida».