la ley es lenta, peor inexorable

Francesc Homs es probable que termine con una inhabilitación. La ley es inexorable

19 mayo 2017 17:19 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:48
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PP, PSOE y Ciudadanos han aceptado tramitar el suplicatorio del Tribunal Supremo contra el diputado aforado Francesc Homs (PdeCAT, ex CDC) por prevaricación al haber hecho posible el 9-N. La votación del Congreso –todavía no ha ido al pleno– es una votación política, está claro, pero también está claro que cuando los «convergentes» en Madrid «contaban» eso no hubiera pasado. Que se lo pregunten si no al ex diputado Josep López de Lerma, autor del libro «Cuando pintábamos algo en Madrid», en la época de Roca y Duran Lleida formaban «minoría catalana».

Ahora no hay «minoría catalana», sino un conglomerado de izquierdas donde no se sabe qué hacen los ex convergentes ahí, con Podemos, EH Bildu y los compañeros de Gabriel Rufián, de Esquerra. ¡Vivir para ver! No tienen ni grupo parlamentario, pese haber votado la Mesa del Congreso.

¿Qué pasó con la Mesa? Hubo veladas promesas a Francesc Homs que tendría Grupo Parlamentario si su grupo votaba la Mesa, pero el mismo día en Barcelona el presidente de la Generalitat y su Grupo decidieron la «desconexión» de Catalunya del resto de España. Los ex convergentes se quedaron sin grupo Parlamentario. Si los de Barcelona hubieran hilado un poco más fino, con haberse esperado un par de días para anunciar la desconexión ahora el PdeCAT hubiera tenido grupo propio y unos milloncejos en los bolsillos hoy horadados de la ex Convergència. Es que Barcelona es muy centralista. Igual que Madrid, vaya.

Volvamos a Francesc Homs a quien se le han pasado los aires un tanto chulescos de cuando, siendo Conseller de Presidencia y portavoz del gobierno catalán, desafiaba día sí y otro también al gobierno de Madrid. Ahora es acusado de prevaricación y es probable que termine con una inhabilitación –o que puede ser el final de su carrera política– por haber organizado el simulacro de referéndum el 9-N del año 2014. Lo mismo le puede ocurrir a la alcaldesa de Berga que desafió al juez de su ciudad, o a los que rechazan la justicia española y la desobedecen, como el concejal de Badalona de Esquerra, y otros munícipes que han plantado cara y desafiado a la Justicia. Al final la historia pone a cada uno en su sitio.

¿Que la justicia es lenta? No es lenta, es lentísima. Hay casos que se cierran por prescripción y otros que llegan a juicio cuando ya nadie se acuerda lo que pasó o incluso cuando las heridas han cicatrizado. El partido de Artur Mas, Homs y Puigdemont no hace más que perder votos desde que abrazó el independentismo y tejer alianzas con partidos antisistema (CUP), siendo como era el clásico partido de las clases medias y de la burguesía catalanas. «Artur Mas es el gran capitán del hundimiento de CDC», ha dicho Josep López de Lerma.

El PdeCAT (ex CDC) ha pasado de ser un partido que gobernaba Catalunya y pactaba ley a ley, decreto a decreto, en Madrid, a estar en el gallinero del Grupo Mixto del Congreso y desaparecido en el Senado. ¡Qué mal lo ha hecho Artur Mas! Y qué mal ha cerrado su vida política Jordi Pujol.

Naturalmente que para los «indepes» la Justicia en España no es democrática, y reparten carnets de democracia por toda Catalunya y las redes sociales: la «justicia del Estado opresor». Confunden las leyes y la misma Constitución. Cuando el Tribunal Constitucional ha aceptado tener medidas sancionadoras, en Barcelona se ha hablado de que «no hay separación de poderes». ¡Si el TC no forma parte del Poder Judicial! Lo importante es liarla parda.

Es como aquel diputado de la CUP, Benet Salellas, que declaró a Catalunya Ràdio, la emisora de la Generalitat, que la alcaldesa de Berga, Montse Venturós –cuya defensa lleva al ser de su mismo partido– fue a detenida de madrugada y con tonos vejatorios. La policía llamó al interfono durante la mañana, sin subir a su casa, y Montse Venturós se tomó todo el tiempo que quiso antes de bajar y ser acompañada ante el juez. Solo faltaba que le hubieran puesto una alfombra roja.

Protestas no faltaron, ni faltarán para las sentencias de inhabilitación que se esperan. Pero eso ya pasaba en el País Vasco, donde a cada etarra detenido se armaba una kale borroka en distintas ciudades. En Catalunya no está ETA, claro, pero irán denunciando abusos ante el Tribunal de Estrasburgo por los atropellos del «fascismo» español. Decían los antiguos romanos, «Dura lex, sed lex», dura es la ley, pero es la ley.

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