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    ¿Es usted bonobo o chimpancé?

    Los chimpancés, en sus luchas por el poder, no excluyen liquidar al adversario, forma de bestialidad muy humana, en tanto que los bonobos solucionan sus disputas jugueteando, acariciándose, gastándose bromas

    07 septiembre 2022 20:06 | Actualizado a 08 septiembre 2022 07:00
    Lluís Amiguet
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    Frans de Waal es el hombre que descubrió que los animales también matan por el poder, Igual que hoy los seres humanos en Ucrania. A De Waal, tal vez el primatólogo más famoso del mundo con Jane Goodall o Dian Fossey, se le saltaban las lágrimas cuando me explicaba que su chimpancé favorito, Luit, había sido asesinado, de forma premeditada, por dos congéneres que le disputaban el poder en la manada.

    La política del chimpancé, donde relata el primaticidio, detalla las luchas, estrategias, elecciones, campañas y fake news en los chimpancés, que, como en el caso de Luit, no excluyen liquidar al adversario, forma de bestialidad muy humana. De Waal reveló así que los animales no solo matan para alimentarse –un bulo buenista–, sino también por mandar.

    Los bonobos, en cambio, son primates igual de próximos a nosotros en la escala evolutiva, pero nunca matan, ni siquiera agreden por el poder de la manada. Los bonobos solucionan sus disputas jugueteando, acariciándose, gastándose bromas e incluso con alguna carantoña de cariz erótico. En La política del chimpancé De Waal explica cómo los humanos hemos heredado las dos facetas de nuestros parientes evolutivos: el jugueteo o la violencia.

    Digamos que la Champions o los Juegos Olímpicos seguirían la estela no violenta de los bonobos. Las guerras, también muy humanas, continuarían la de los chimpancés.

    El lunes vuelvo a entrevistar a De Waal para hablar de su último libro, Diferentes, en el que se atreve, con mucho valor, a explicar por qué hombres y mujeres lo somos y en qué medida esas diferencias son heredadas de los primates o puramente culturales.

    Mi primera pregunta será ¿Somos hombres o mujeres por biología o por cultura? O, como dicen las feministas: ¿Es el género una pura construcción cultural y podemos, por tanto, ser hombres o mujeres o las dos cosas a voluntad o nuestro cuerpo lo determina desde el nacimiento hasta la tumba y cualquier otra opción es una desviación?

    Los machos van cambiando de aliados, como los líderes parlamentarios

    Ya les adelanto que es cierto que en los bonobos mandan las hembras y en los chimpancés, los machos; pero De Waal es un científico y, por tanto, no va a simplificar la realidad, que es muy compleja, para que la entendamos mejor. También les adelanto que las primates hembras pueden ser también muy agresivas cuando se las molesta; pero nunca solo por poder, sino para defender a sus crías.

    Otro vocablo científico que De Waal hizo popular fue el de «macho alfa», que se divulgó cuando el Congreso de los Estados Unidos eligió La política del chimpancé como lectura obligatoria para los congresistas. No es extraño, viendo a los senadores de cabello cano repantingados sobre sus escaños, que se les considerara «espaldas plateadas», esos primates macho que suelen aislarse de la manada dejando a las hembras el cuidado de la prole y la búsqueda de alimento.

    Los machos suelen aliarse, como los políticos, por pura táctica cortoplacista para conseguir engañar a la manada, o, por ejemplo, para ir a cazar con los más hábiles; las hembras, en cambio, establecen alianzas duraderas entre comadres, porque unas vigilan a veces las crías de las otras. Y ninguna deja a una comadre no fiable su más preciosa responsabilidad. Los machos van cambiando de aliados, como los líderes parlamentarios, y eso les garantiza poder casi siempre.

    Algunos antropólogos han querido ver en esa diferencia de estrategias entre machos y hembras primates la explicación de por qué en tantas sociedades son ellos los más poderosos: van cambiando de amigos según les conviene.

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