Máxima tensión política en Madrid: cada vez más lejos de la ciudadanía

Esta semana ha habido un intento de golpe judicial que podría confirmarse hoy Lunes. Ante esa posibilidad conviene recordar nuestra ley suprema sin que nadie la manipule.

Artículo 117:

1. La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley.

Artículo 122:

3. El Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo, que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey por un periodo de cinco años. De estos, doce entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que establezca la ley orgánica; cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados, y cuatro a propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miembros, entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio en su profesión.

Buen lunes y perdón por esta introducción pero pienso que es importante recordar lo que establece la Constitución sobre la independencia debida del poder judicial así como los plazos de vigencia de sus mandatos.

Esto es así blanco y en botella así lo especifica el punto 3 del artículo 122: «...por un periodo de cinco años». Por lo tanto: se está incumpliendo flagrantemente la Constitución al no renovar en plazo al Presidente y a los 20 miembros que componen el Consejo General del Poder Judicial. Y algo parecido pasa con el Tribunal Constitucional: en el artículo 159, punto 3 se especifica: «Los miembros del Tribunal Constitucional serán designados por un período de nueve años y se renovarán por terceras partes cada tres».

Que ambas cosas estén sucediendo tienen un claro responsable: el Partido Popular y muy especialmente su líder Alberto Núñez Feijóo, que hace un par de meses se rindió al ala más extrema de su partido haciendo detonar un pacto con el gobierno que tenía como finalidad –ni más ni menos– cumplir con la primera ley de este país.

A uno que discrepa a veces con algunas formas de este gobierno no le queda más remedio que admitir que en este caso Sánchez tiene razón al intentar desbloquear el órgano que rige una de las instituciones claves donde se asienta la democracia desde 1978.

Primero fue Casado en esa estrategia de afirmar que no se podía pactar nada con un gobierno ilegítimo y ahora es Feijóo con la excusa de la tramitación de las leyes de sedición y malversación.

Mañana será por el lamentable papel de España en el Mundial o pasado porque han descubierto que este gobierno filoetarra bolivariano estuvo detrás de la muerte de Manolete. Disculpen que lleve todo a caricatura pero es que uno ya está harto de que le tomen por tonto. Y con eso no quiero insultar a los miles, cientos de miles que se tragan todos los días la basura que nuestra clase política y en especial la derecha y la ultraderecha vierten sobre nuestras cabezas.

La estrategia de crispar, mentir sin sonrojarse, lanzar hipótesis catastróficas y memes constantes está haciendo que una parte del país viva en un constante estado de excitación esperando que llegue o una catástrofe o la justicia divina caiga sobre la cabeza del actual gobierno.

Para ellos... hay una mala noticia: no hay elecciones generales a la vista.

Para aguantar este chaparrón políticamente radioactivo yo les recomiendo en este final de año una estrategia: desconecten las noticias y empiecen el día meditando o escuchando Radio Clásica o Catalunya Música ... su día y su vida sonará mejor.

Felices fiestas y que el año 2023 nos traiga un poco de paz mental.