No fueron las formas de Juana Dolores fue la ausencia de Graset

Vi la explosiva entrevista de Juana Dolores en TV3 con el periodista Xavier Graset la misma noche que sucedió. Las redes sociales e internet permiten que hoy, en cualquier lugar del mundo, estés conectado como si vivieras en Catalunya. La comencé a ver con relativo interés y reconozco que con el paso de los minutos capturó mi atención. Llegué a pensar que Graset invitaría en cualquier momento a terminar la conversación dada su deriva, pero no. ¿Hizo bien Graset en aguantar? Sí creo.

En una tele pública deben tener cabida todas las opiniones, por muy excéntricas que éstas sean. Y muchas de las que aparentemente defendió esa noche Dolores, en mi opinión, lo eran. Hablar de «marxismo» hoy es legítimo pero inverosímil. ¿Qué país o sociedad de corte marxista ha funcionado? Ninguno. Todos han fracasado.

También las teorías de Gramsci cuya obra teórica y práctica, por cierto, está llena de contradicciones. Gramsci reivindicó la necesidad del derrocamiento de la burguesía y una toma violenta del poder del Estado. ¿Propone Dolores una asalto violento a las instituciones democráticas? Espero que en su infancia, sus progenitores y maestros le explicaran cuánto costó terminar con una dictadura y poder votar en libertad.

Ella se queja de los viejos, y practica un edadismo que sufren muchos adultos mayores por prejuicios sociales (que implica en muchos casos la discriminación), pero que no es exclusivo de este grupo social. Los expertos también han analizado esa misma discriminación a los jóvenes, a quienes no se considera o se toma en serio por su edad, negándoles responsabilidades o sin escuchar sus opiniones con la atención prestada a otros con más años de vida.

Más allá de las críticas a tertulianos, dirección de TV3, periodistas... Dolores robó –y logró– su tiempo de fama por sus formas, por sus modales. Y no creo que se puedan justificar, la verdad. Prueba de ello es que si hoy hiciéramos una encuesta sobre lo qué dijo, pocos podrían resumir sus ideas o propuestas, pero todos mencionarían la manera en que las planteó, confrontando al periodista. Y ahí es donde creo que falló Graset.

A Xavier Graset lo respeto. Tiene años de experiencia, y su trabajo empático, documentado y preparado creo que están a la altura de lo que tiene que ser un profesional de una televisión pública. Creo que no me equivoco si afirmo que Dolores le tomó desprevenido y lo descolocó. Pero aún así, hubiera esperado una confrontación de ideas. Con preguntas. Con argumentos. Para saber cuán sólidas son las propuestas de Dolores que, me temo, no tienen mucha solidez. Pero no lo sé porque no la confrontaron en su cuasimonólogo televisivo.

«A ver si dimite el director y la cúpula de viejos de TV3 y hacemos algo mejor si entran jóvenes». ¿Sabe, Dolores, quién está al frente de la televisión pública catalana? ¿A quién propondría y qué cambiaría? ¿Por qué «si entran jóvenes» se hará «algo mejor»? ¿Tienen que ser «jóvenes» para que se haga «algo mejor»? A Xavier Trias, «¡ojalá le caiga un meteorito encima!». ¿Por? ¿Cree Dolores en la democracia? ¿Qué le dice a los miles de ciudadanos que libremente –como ella en la entrevista– escogieron a Trias? ¿Dolores propone un sistema político alternativo? ¿Cuál? ¿Uno de corte autoritario?

Sobre una tertuliana: «seguro cobra más de 3.000 euros». ¿«Seguro»? O sea, no lo sabe pero lo piensa y le parece mal. Pero si no lo sabe, ¿por qué lo afirma? ¿Y por qué está mal cobrar «más de 3.000 euros»? Yo querría que, con las ventas de sus libros, Dolores cobrara «más de 3.000 euros», pero imagino que si los llega a ganar rechazará todo lo que supere los 2.999 euros...

A la librería Ona «que le caiga un meteorito». ¿Quiere que cierre una librería? Hasta donde yo sé, los libros se venden fundamentalmente en librerías. ¿O será que Dolores está defendiendo la venta en grandes cadenas de distribución o en Amazon? No sé qué pensaría Gramsci de eso.

No creo que valga la pena comentar los insultos con los que se despachó Dolores en la entrevista. Me dirán que exagero, que es una forma coloquial, pero creo que en una tele pública el respeto hay que exigirlo a todos. ¿O es que está bien insultar a los que no nos gustan pero nos ofendemos cuando lo hacen a los que nos gustan? Y si alguien cree que debe valer para todos, ¿qué tipo de debate estamos proponiendo a la sociedad desde una televisión pública?

Argumentos. Eso es lo que me hubiera gustado escuchar. Y Dolores, por muy enfadada que estuviera, es una escritora, una intelectual que debería ser capaz de elaborar, y no lo hizo. Y Xavier Graset, como entrevistador, debería haber llevado la conversación a los argumentos.