Las pruebas de Selectividad han suscitado un debate sobre el castigo que merecen las faltas de ortografía. Es algo en lo que antes se exigía más. Muchos jóvenes no tienen problemas en saber cuándo se escribe ‘por qué’ o ‘porqué’, puesto que escriben ‘xq’.
El caso es que este año en Extremadura un problema de física planteaba un cálculo de velocidad «cuando el tren halla pasado por la estación...». El ‘halla’ en vez de ‘haya’ es una falta común. Esta vez la cometió quien puso el examen.
En periodismo, donde se escribe rápido, se cometen erratas. No podemos presumir de perfección, al revés de aquel editor que en una nota final de un volumen escribió: «Prueba de nuestra pulcritud es que el lector no encontrará en este libro ni una sola errita».