Las falsas prisas

Señoras y señores, empieza el espectáculo. Porque no se me ocurre otra forma de referirme a la foto de los alcaldes, diputados y senadores que este lunes se reunieron en Roda de Berà para exigir soluciones a los problemas de tráfico de la nacional. Es cierto. La N-340 es una vía saturada y con demasiados puntos negros. También es cierto que no es más insegura ahora que hace cuatro, seis u ocho años. Los representantes municipales están cansados de quedarse de brazos cruzados delante del ninguneo de un Gobierno central que no ha tenido reparos en adjudicar tramos de autovía fantasma mientras ignora los problemas que a diario sufren los conductores del eje mediterráneo. Aunque no tengo muy claro que este ‘golpe’ encima de la mesa, dado a destiempo, llame la atención de un ministerio que sinceramente debe estar alucinando con este territorio. Hace apenas un par de meses que los culpables de la actual situación de la nacional eran los transportistas. Se aplaudió la decisión de obligarles a circular por la autopista, obviando que lo único que conseguirá esta medida es que definitivamente vayamos olvidándonos de la continuidad de la A-7. En menos de dos meses el rumbo es otro. Los alcaldes han decidido cobrar un protagonismo sin precedentes y exigir la gratuidad de la AP-7. Los protagonistas del pacto de Berà quieren una reunión urgente con la ministra de Fomento para abordar esta situación antes de Semana Santa. Y es que claro, ahora hay prisa. Concretamente 81 días, que son los que quedan hasta el 24 de mayo.