Los más ricos del cementerio

Hoy arranca en Davos (Suiza) una nueva edición de la reunión anual del Foro Económico Mundial. En la ciudad más alta de Europa, economistas, directivos de multinacionales, políticos, alguna ONG selecta y periodistas con pedigrí (a este foro no acude quien quiere, sino quien puede, con su invitación exclusiva en mano) debatirán de nuevo sobre los problemas del mundo. Y no sólo eso. También emitirán conclusiones. Y consejos. Y recetas. Incluso interpelaciones directas a los gobiernos. Lecciones de las buenas.

Y cuánta razón tendrán, oigan. Estén seguros de ello. Porque cuatro días de reflexión dan para muchas conclusiones. Eso es así como que estos señores (y alguna señora) importantes y poderosos (y listos) llevan más de cuarenta años reuniéndose cada mes de enero para arreglar el mundo desde las alturas. Lo que viene siendo la madre de todas las sobremesas. Un pedazo de tertulia de salón, pero encima con conclusiones. Y ahora, hasta en streaming. Para que todos los que no hemos sido invitados (básicamente, el resto del mundo) podamos ver en directo tanto razonamiento certero.

Hablarán del riesgo que implica el aumento de las desigualdades en el mundo. Citarán el último informe de Intermon Oxfam, que denuncia que durante estos años de Gran Recesión está desapareciendo la clase media mundial y que el 1% de la población del planeta va camino de acaparar el año que viene más riqueza que el 99% restante. Y cuánta razón. Asentirán con gesto grave, otearán con firme liderazgo el horizonte... y hasta el año que viene. Cuando los más ricos del cementerio serán, como cada año, otro poquito más ricos.