Tomás Alcoverro comenta que si alguien entiende el conflicto de Oriente Medio es que se lo han explicado mal. Es una idea que podría aplicarse a lo ocurrido con Messi. Hace un año quería irse y no pudo; ahora no quería y se va.
En el conflicto entran el Barça y Tebas, la deuda del club y la expectación de la Superliga, Florentino y Roures, un fondo de inversión y la postura de Laporta (con quien Messi evitó ruedas de prensa conjuntas). Santiago Segurola recuerda que Laporta llegó a la presidencia en 2003 prometiendo el fichaje de Beckham y en 2021 garantizando que Messi seguiría.
La prueba de que el jugador se va con pena son las lágrimas, que habrán compartido muchos espectadores de su rueda de prensa. Salvo en el cine, las lágrimas no mienten.