Minuto de silencio

Se ha extendido tanto la costumbre de hacer un minuto de silencio, que las últimas dos veces que he sido invitado a un acto en el Ayuntamiento, Francisco Zapater, que ejercía de anfitrión, pidió al auditorio ponerse en pie, en un caso por el suceso de los Alpes y en otro por la muerte de un profesor.

El primer minuto de silencio de la historia fueron dos. La idea la lanzó Edward Honey, un periodista australiano que combatió con el ejército británico en la primera Guerra Mundial, en un artículo en London Evening News. El rey Jorge V expresó el deseo de que se guardaran dos minutos de silencio en recuerdo de las víctimas a las 11 horas del 11 de noviembre de 1919. Es decir, a la hora undécima del día undécimo del undécimo mes.

En nuestro agitado mundo, un minuto de silencio, que algunos convertirán en un minuto de oración, nos hace solidarios con la desgracia ajena.