El nacimiento de la civilización humana es destruida», decían desde Mossul (segunda ciudad de Irak, de un millón de habitantes) tras ver cómo los yihadistas troceaban estatuas del Museo de la ciudad, de siete siglos antes de Cristo.
Por fortuna, según un arqueólogo británico, muchas eran copias de otras trasladadas en previsión al Museo de Bagdad, o réplicas de originales que se conservan en el Metropolitan, el British o el Louvre.
Antes que las estatuas, el ISIS, que ocupa la ciudad desde el verano pasado, practicó una horrible matanza. Encima de palos o colgados del tendido eléctrico, pudieron verse muchas cabezas de personas, incluso niños. Cristianos, turco-ortodoxos, sunitas moderados… fueron decapitados, cuando no crucificados o enterrados vivos.
Se ha filtrado un plan de Obama de liberar Mossul. Mala solución. Debería ser la Liga Árabe, con apoyo americano o francés, quien se encargara.