Pluriempleo político

Mañana sábado es el día en el que serán elegidos los alcaldes de todos los municipios de España. Los responsables políticos municipales que no hayan obtenido mayoría tienen por lo tanto veinte días para conseguir acuerdos que les permitan gobernar. Si no lo consiguen, el día 13 se apelará a las formaciones más votadas.

Como a estas alturas es sobradamente conocido, el Partido Popular (PP) ha ganado las elecciones municipales con 5,8 millones de votos, pero tiene muy difícil gobernar en ciudades como Madrid, Valencia o Sevilla. Los populares han logrado el 26,99% del total de los votos, con los que obtendrá 22.529 concejales, lo que supone una pérdida de once puntos respecto a los comicios del año 2011, cuando llegó a la cifra de 26.507 ediles. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha quedado en segundo lugar, con más de 5,5 millones de votos, el 25% del total, con los que llegará a los 20.678 concejales.

Y en cuanto a las nuevas formaciones políticas emergentes, como tercera fuerza nacional está Ciudadanos (C´s) con 1,4 millones de votos, el 6,5%, lo que supondrá 1.518 concejales, mientras que Podemos se ha presentado en candidaturas de unidad popular con otras fuerzas políticas.

No constituye ninguna novedad el que los dos grandes partidos políticos más votados están negativamente embadurnados indeleblemente por la corrupción. Los nuevos emergentes están limpios porque, hasta ahora, no han tenido posibilidad de embadurnarse. Pero dicho todo lo anterior, lo que no resulta admisible es aquélla expresión de un amigo gallego que, extremadamente conformista, decía hace unos días “a los nuovos hay que deixárlos fartar”.

Como tampoco resulta admisible, en un país en el que la tasa de paro tiene dos dígitos, la actualmente existente artillería pesada de combate desarrollada por parte de los políticos electos para conseguir múltiples poltronas, en las que descansar sus ilustres posaderas, en aras de conseguir pluriempleo político. En la Comunidad de Madrid C´s exige la dedicación exclusiva, de modo que los diputados que también sean alcaldes deberán renunciar a uno de sus dos cargos. Como si las presidencias no supusieran bastante dedicación, hay políticos que añaden otras poltronas. Y aquí me paro porque se me está terminando ya el espacio. Al final resultará que, lamentablemente, tendrá razón mi amigo gallego conformista en lo de que “hay que deixárlos fartar”.