Hace 1.300 años Mahoma atacó la Meca declarando la ‘jihad’, guerra santa del Islam. Los guerreros no solo conquistaron la ciudad, sino que iniciaron una asombrosa expansión que en poco tiempo alcanzó a Palestina, Siria, Egipto, Persia e Hispania.
Con parecido ardor, los radicales de la ‘jihad’ actúan hoy en países como Irak, Libia, Siria, Yemen, Nigeria, Somalia y Kenia. En este último, en diciembre asaltaron una cantera y mataron a los obreros que no fueron capaces de recitar versículos del Corán. En enero secuestraron un autobús y separaron a los pasajeros musulmanes de los cristianos, a los que mataron. Esta semana hicieron lo mismo tras el asalto a una residencia universitaria, con el resultado de 147 estudiantes cristianos muertos.
Estamos en Semana Santa. Los estudiantes se unen a la inmensa lista de cristianos víctimas de su fe, inaugurada en tiempos de Herodes y Poncio Pilatos.