El martes pasado Cho Hyun-ah era vicepresidenta de la compañía aérea Korean Air, cuyo dueño y presidente es su padre, Cho Yang-ho, de 65 años. Estaba muy bien situada, pero una bolsa de nueces se interpuso en su camino.
Aquel día la joven se subió a un avión en el aeropuerto de Nueva York con destino a Seúl. Antes de despegar, un auxiliar de vuelo le sirvió nueces en una bolsa en vez de hacerlo en un plato. La hija del dueño estalló en cólera y exigió que en aquel mismo momento el auxiliar fuera despedido.
Esto significó que el avión, con 250 pasajeros, despegara con once minutos de retraso, pero sobre todo desató un alud de críticas cuando el incidente fue conocido en Corea del Sur. Las redes sociales hervían de críticas y el padre ha tenido que despedirla.
He aquí como una persona despótica, con dinero pero sin educación, puede perder su empleo por una simple bolsa de nueces.