Reconsagrados

El periodista Gerard Biard, nuevo redactor jefe de Charlie Hebdo, ha dicho que la revista atea por excelencia está consiguiendo más milagros que todos los santos juntos. Como frase es graciosa, chocante, aunque una no sepa exactamente a qué se refiere. Puede ser visto como un milagro tanto que Arnold Schwarzenegger les haya contratado una suscripción anual, como que hayan acumulado largas listas de reservas donde antes el kiosquero tenía que devolver los cuatro ejemplares que nadie quería. Porque que hayan vuelto a subirse a las barbas de toda la comunidad musulmana con las nuevas caricaturas era muy de esperar. Yo, más que nada por ser práctica, creo que puedes reírte de lo tuyo cuanto quieras, pero mal asunto es reírse de lo de los demás, y menos si sabes que tu risa va a molestar a aquel con quien tienes que entenderte. El respeto es un valor fundamental de la libertad de expresión, que tiene un campo muy amplio para correr. Miren si no a Jordi Roca, el menor de los tres hermanos Roca. Está considerado el mejor pastelero del mundo por su trabajo en el Celler de Can Roca, para que luego digan que nadie es profeta -con perdón- en su tierra. Acaba de abrir una muestra sobre el proceso de creación de un aperitivo inspirado en la hostia. Según dijo, la idea le vino a la cabeza al pensar que si una iglesia se podía adaptar como auditorio, la sagrada forma bien podía convertirse en un snack. Los caminos del Señor, qué cierto es, son inescrutables. Total, que le han bendecido la idea y expone en Salt, en un antiguo convento. Ya sé lo que estarán pensando. Que esto en otros lares sería inimaginable. Y tienen razón. Pero eso no nos da carta blanca sobre las creencias de los demás. Así es el mundo. A veces no hay dios que lo entienda.