Urgencia en la generación de hidrógeno

Estos días la compañía Red eléctrica española ha publicado datos sobre generación de energía eléctrica en España este pasado mes de enero. Estos datos, unidos a otros sobre obtención en apenas un par de semanas de DIA’s (Declaración de Impacto Ambiental) por parte de un elevado número de proyectos de parques de energías renovables de nueva implantación en todo el estado, nos hace virar 180 grados las preocupaciones que teníamos hace tan solo seis meses, por los efectos que podía provocar a nivel energético la guerra de Ucrania.

Según datos de la gestora de distribución eléctrica, durante el mes de enero la energía eléctrica generada por fuentes renovables aportaron el 57,4% del total con 13742 GWh de vertidos en la red. En determinadas horas a lo largo del mes, esta generación limpia llegó a representar el 90% de la energía consumida.

Son cifras récord que sin duda son positivas por la reducción provocada en generación de energías con quema de combustibles fósiles (principalmente gas natural). Consecuencias tanto desde el punto de vista ambiental, por el ahorro de emisiones de CO₂ al no realizarse dicha combustión, como por el impacto que pudiera tener el precio del gas en la factura de la energía consumida por nuestros hogares e industria. Si la generación por gas es mínima, también debería ser mínima su influencia en el coste final energético.

Recordemos los fuertes incrementos provocados en el precio de la electricidad este pasado otoño, como consecuencia del corte de suministro de gas por parte de Rusia especialmente a los países del centro de Europa por diferentes gasoductos que los conectan.

Podemos interpretar la cifra de 13742 GWh de energía de origen renovable. Si multiplicamos los 31 días del mes de enero por las 24 horas diarias, obtenemos un total de 744 horas transcurridas. Para obtener la potencia generada debemos dividir energía por el tiempo transcurrido.

La cifra resultante de realizar la operación 13742 GWh / 744 horas, nos conduce a la potencia media generada de prácticamente 18,5 Gigavatios de forma no contaminante.

Contando que cada una de las centrales nucleares existentes en nuestro estado producen una potencia aproximada de 1 GW, la generación renovable representa igual capacidad a algo más de 18 nucleares. Naturalmente no es una potencia constante.

Las placas solares necesitan sol y las eólicas viento. Dependen de las inclemencias ambientales para generar dicha energía eléctrica. Por esta razón, la cifra generada representa un éxito aún mayor. Un mes con vientos por encima de la media, como ha sido este mes de enero, han hecho alcanzar dichas metas.

También estos días se han conocido numerosos proyectos de energía renovable que han obtenido el permiso administrativo para iniciar su instalación y posterior conexión a la red de distribución eléctrica por toda España. Esto último nos lleva a un nuevo problema que puede acarrear tal magnitud de proyectos solares y eólicos de nueva creación.

En el plazo de uno a dos años se puede dar el caso de generar de forma limpia el total del consumo eléctrico nacional en un momento dado. Si en horas concretas de este pasado mes de enero se obtuvieron cuotas del 90% de energía renovable, es posible que con la incorporación de todos estos nuevos parques en un futuro, este porcentaje supere en ocasiones el 100% final. Supondría desperdiciar toda la energía que excediese del 100% de consumo en aquel instante.

A día de hoy es complicado almacenar dicha energía sobrante. Tenemos interconexiones eléctricas con países limítrofes que nos permiten tanto importar como exportar energía según necesidades de ambos países. En Cataluña disponemos de algún embalse que almacena dicha energía elevando el agua desde un embalse situado a una altura inferior, para volver a ser generada posteriormente de forma hidráulica cuando se requiera su consumo.

Pero la solución más sólida y rentable correspondería a las nuevas plantas generadoras de gas hidrógeno (H₂) a partir de las moléculas de agua (H₂0) por aportación de energía eléctrica. Un excedente por sobreproducción energética supondría precios bajos de dicha energía por el efecto subasta, sistema que rige actualmente su valor diario, y por tanto un coste inferior en la producción del Hidrógeno resultante.

Haría falta acelerar al plan del hidrógeno a nivel nacional, a la par que se desarrollan todas las nuevas centrales solares y molinos eólicos. No solo se debería disponer de plantas productoras de hidrógeno. También sería necesario fomentar y potenciar desde las administraciones las diferentes instalaciones capaces de consumir la energía almacenada en dicho gas hidrógeno, tanto a nivel industrial como en forma de vehículos eléctricos con Pila de hidrógeno.

El nuevo gasoducto Barcelona-Marsella proyectado para exportar dicho gas tiene una previsión de entrada en funcionamiento a partir del año 2030. Acelerar el plan Hidrógeno (H₂), evitará malgastar energía excedente no contaminante en un futuro no tan lejano.