Yo no soy Barack Obama

Obama debería repasar la historia de su país antes de juzgar la historia de los demás

19 mayo 2017 23:33 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:36
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, se soltó con una de sus piruetas históricas que ‘hacen historia’ por lo indocumentadas y livianas que son. Está claro que Obama no solo no es historiador, sino que sus conocimientos históricos no deben ir más allá de los libros de la escuela, donde le debieron contar la historia, especialmente de España, desde la ‘leyenda negra’. Ya son varias veces en que Barack Obama habla de la Inquisición española. La Inquisición española viene a ser como un ritornello que le viene a la cabeza.

Su última sentencia histórica ha sido la comparación del Estado Islámico –que mata, asesina y descuartiza sin piedad y sin el más mínimo escrúpulo– con la Inquisición española. Me esfuerzo en ver el paralelismo, comparando la sociedad medieval y renacentista con la del siglo XXI, la idiosincrasia del siglo XV con la del siglo XXI. La historia no se puede juzgar desde los parámetros actuales. No se puede juzgar, por ejemplo, el Imperio Romano desde la cultura y los comportamientos sociales actuales. Este es el primer punto.

En segundo lugar, yo le diría al señor Obama que la Inquisición no fue solo española, sino italiana, francesa e inglesa, entre otros países– y no solo fue de la Iglesia de Roma, sino que a su manera también fue calvinista, musulmana, protestante– y que fue, sobre todo, un instrumento de los reyes en esos territorios para mantener la unidad y el poder del rey que luego llegaría a ser un poder absoluto.

Por ejemplo, Juana de Arco (Jeanne d’Arc) fue condenada a la hoguera a sus 19 años, en 1431, acusada de brujería y herejía, pero lo fue por la Inquisición inglesa al servicio del duque de Bedford, y a su vez al servicio del rey, por su intervención a favor de los franceses en la Guerra de los Cien Años (1337-1453). Juana de Arco sufrió un juicio ignominioso, con pruebas falsas. Fue precisamente el papa español Calixto III quien (1456), a instancias del rey francés Carlos VII, decidió reabrir el proceso para descubrir la verdad sobre Juana de Arco. La Iglesia católica, en tiempos de los papas san Pío X y Benedicto XV, la declaró beata y después santa y hoy está en los altares. Juana de Arco es la patrona de Francia que lo celebra el 30 de mayo, día en que murió en la hoguera.

Hay otro insigne condenado a la hoguera (en realidad hay otros muchos): el médico español Miguel Servet, inventor de la circulación de la sangre, que lo condenó la ‘inquisición’ calvinista a la hoguera por hereje. También hubo una ‘inquisición’ norteamericana en los siglos XIX y XX, que quemaba a personas solo por el hecho de ser de raza negra. Y China ha tenido y tiene también una ‘inquisición’. Y todo el mundo ha tenido ‘su’ inquisición, llámese así o de otra manera.

El presidente Obama debería repasar la historia, comenzando por la de su país, antes de juzgar la historia de los demás. Por ejemplo, ver lo que pasó en Vietnam, para ir muy cerca. O para no ir tan cerca, ver lo que pasó con los indios nativos de las tierras de América del Norte, donde fueron barridos todos y solo quedan indios en las reservas o guetos.

Con todo ello, no pretendo justificar a la Inquisición. Es más, considero que esta hizo muy mal muchas cosas. Pero no era el Estado Islámico actual, que además se nutre de soldados surgidos de los guet os de la inmigración y la pobreza de Europa, y algunos de Estados Unidos y Canadá. ¿Por qué no se pregunta, presidente Obama, cómo es que salen jóvenes con un talante tan sanguinario y contrario al más elemental de los derechos humanos, educados en las sociedades opulentas de Europa y América?

Le diría también al presidente Obama que no se esfuerce tanto en enjuiciar la historia de los demás, sino en resolver los problemas actuales que tiene, entre ellos los del Estado Islámico que sin duda su país contribuyó a construirlo con la invasión de Irak, hecho más reciente que la Inquisición. El presidente Obama podría hacer juicios históricos si fuera un buen conocedor de esta disciplina académica, pero visto que busca solo titulares, con toda modestia le pediría que se atenga a las obligaciones del cargo para el cual fue elegido por el pueblo americano. Sé que no lo va a hacer y que saldrá otra vez con la Inquisición ‘española’, pero las comparaciones son todas odiosas, como dice el refranero español, y dado que tiene muchos enemigos mejor sería no hurgar más en las heridas.

Comentarios
Multimedia Diari