«La madre que parió a estos japoneses»

Diario de un confinado. Será precisamente el Covid-19 el causante de la japonización de nuestra sociedad, con las mascarillas como máximo exponente. O al menos eso se anuncia

05 abril 2020 09:34 | Actualizado a 05 abril 2020 09:41
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Dos de los logros deportivos que siempre me han parecido más insólitos y  representativos son que Alemania ganase el Mundial de fútbol de 1954, nueve años después de la derrota, destrucción y partición del país en la Segunda Guerra Mundial, y que Tokio organizase los Juegos Olímpicos de 1964, 19 años después de una hecatombe análoga. 

Si la victoria del equipo alemán fue un milagro deportivo que precedió al económico, la Olimpíada del 64 en Japón  constituyó un éxito colectivo que simbolizó la redención del país. Curiosamente, los otras dos veces que los Juegos fueron concedidos a Tokio, en circunstancias mucho más favorables, el final ha sido peor. En 1938, Japón renunció a los de 1940 debido a su política de expansión militar en Asia. Reasignados a Helsinki, fueron cancelados por la guerra. Y los de 2020 han sido aplazados un año por la pandemia del coronavirus.

Será precisamente el Covid-19 el causante de la japonización de nuestra sociedad, con las mascarillas como máximo exponente. O al menos eso se anuncia. Si bien los jóvenes están familiarizados con el manga, la relación de las generaciones anteriores con la cultura nipona se reduce a relojes Seiko, calculadoras Casio, radios Sanyo, cámaras Canon, carretes Fuji, televisores Sony... Y aquel gran chiste de Eugenio sobre el general MacArthur y «la madre que parió a estos japoneses».

Los estudiosos explican que la mentalidad obediente en Japón y muchos países asiáticos proviene de su tradición cultural confucianista, que les hace más condescendientes con el autoritarismo del Estado y respetuosos con las normas de conducta y organización social. Ciertamente, algunas cosas serán más difíciles de importar que los aparatos electrónicos.

Si los ciudadanos no se parecen, los estados tampoco. La primera preocupación de numerosos gobiernos asiáticos cuando se tuvo noticia del virus fue suministrar mascarillas a toda la población antes de que se propagase el contagio. Y eso también es difícil de importar, tanto o más que las propias mascarillas.

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