300.000 euros en año y medio para arreglar los destrozos del vandalismo en Reus

Entre 2020 y mediados de este 2021, el Ayuntamiento se ha dejado unos 550 euros al día en limpiar y reparar paredes, bancos o parques. Los vecinos piden que se sancione

21 junio 2021 05:30 | Actualizado a 21 junio 2021 06:42
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

Entre enero de 2020 y mediados de este año, Reus ha gastado 286.815 euros en reparar el resultado de actos vandálicos en la vía pública. La mayoría del importe, 252.836 euros, lo dedicó el Ayuntamiento a limpiar pintadas, tal como detallan fuentes municipales. Los 33.979 restantes sirvieron para reemplazar o arreglar mobiliario como bancos, papeleras o juegos infantiles que habían sido destrozados. De media, la factura del vandalismo cuesta al conjunto de los reusenses unos 550 euros al día que, tal como explica el alcalde, Carles Pellicer «podrían destinarse a hacer muchas cosas, a ayudas, pero tenemos que abocarlos aquí por culpa de quien no respeta la ciudad, que es de todos». A la cifra, que está afectada por las restricciones de movilidad de la Covid-19, debería sumársele también la compra de contenedores incendiados y repuestos. La situación indigna a la ciudadanía. «Me parece increíble que, a estas alturas, el Ayuntamiento tenga que ir detrás de esta gente incívica que, no se sabe por qué, rompe una luz o quema un contendor», lamenta el presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR), Marcos Massó, que considera que «es una cuestión de educación» y que «si son gente joven, hacer responsables a sus padres y que pagasen podría acabar con el problema, aunque es difícil».

La Ordenanza de Civismo prohíbe cualquier tipo de pintada sobre superficies y elementos de la vía pública, con la excepción de los murales artísticos. Realizarlas está tipificado como una infracción grave, que puede comportar sanciones de hasta 1.200 euros. Si el grafiti se hace en un edificio protegido o monumento –pasó, por ejemplo, con el de la Dona Treballadora, obra de Ramon Ferran y que apareció de color blanco hace un tiempo–, la infracción es muy grave y el límite de la multa se eleva hasta los 2.400 euros. Dañar árboles, jardines, mobiliario, contenedores u otros elementos ubicados en la calle se considera leve y se castiga con un máximo de 600 euros.

Pellicer vincula vandalismo e incivismo y expresa que «la actitud de los incívicos nos genera preocupación porque la ciudad hay que cuidarla como uno cuida su propia casa: si uno no rompe las sillas de su casa ni hace pintadas en sus paredes, ¿por qué en la calle sí?». «Empecemos por ser un poco responsables», pide, y apunta en que «por mucho que lo intentamos, hay quien no hace caso y nos supone mucho dinero a todos». El alcalde destaca que «el vandalismo nos ha costado casi 300.000 euros en el último año y medio» y que «serían más de 2 euros por cada ciudadano, que no tiene por qué pagarlo». Contra esto, «hay que dejar claro que no se tolera y poner sanciones; he hecho muchas campañas de pedagogía, que también cuestan dinero, y habrá más, pero tenemos que complementarlas de forma muy potente con la acción de Guàrdia Urbana».

El presidente de la FAVR, por su parte, insiste en que «desde los colegios se debería hacer hincapié en esta cuestión porque nos afecta a todos» y «la educación es primordial siempre». «Me parece denigrante que el Ayuntamiento se tenga que gastar 300 o 300.000 euros por culpa del vandalismo», dice Una de las zonas donde, como en toda la ciudad, se dan episodios es el Carme. El presidente de la Associació de Veïns L’Harmonia, Josep Machado, explica que «hay pintadas en muchas paredes y ahora han ensuciado con rotuladores la placa de la plaza del Bisbe Grau». «Queremos que se sancione a los vándalos o, si son adolescentes, a sus padres; o que hagan trabajos para la comunidad y así se conciencien», pide Machado, que apunta que «la ciudad es de todos, no hay derecho a esto».

Comentarios
Multimedia Diari