A los ministros no se les va a contagiar un ERTE

Diario de un confinado. El doctor Simón se ha contagiado del virus que lo ha traído a escena. Ejercer de portavoz del Ministerio de Sanidad contra el Covid-19 ha resultado un encargo envenenado, en todos los sentidos

31 marzo 2020 11:14 | Actualizado a 31 marzo 2020 11:37
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El mayor azote que han tenido los médicos en la literatura universal ha sido Molière. El dramaturgo francés los convirtió en protagonistas asiduos de sus burlas y comedias. Una de sus definiciones más mordaces dice que «un médico es un hombre a quien se paga para que cuente tonterías en el cuarto de un enfermo hasta que la naturaleza cure a éste o los remedios lo maten».

No puedo evitar relacionar esta cita con el papel desempeñando por el doctor Fernando Simón en las últimas semanas. Parafraseando a Molière, se diría que Simón es un hombre a quien se paga para que cuente cosas sobre una enfermedad hasta que la naturaleza o los remedios la venzan. Si Molière murió tras actuar en El enfermo imaginario, el doctor Simón se ha contagiado del virus que lo ha traído a escena. Ejercer de portavoz del Ministerio de Sanidad contra el Covid-19 ha resultado un encargo envenenado, en todos los sentidos.

Cuando todos esperamos medidas y tratamientos con resultados rápidos, no está de más recordar que los progresos médicos nunca son inmediatos. Cuando en 1940 los médicos de Oxford rescataron del olvido la penicilina de Fleming, el primer paciente al que se la suministraron murió poco después porque se les acabó todo el antibiótico que habían producido.

La llegada de la penicilina a  España se produjo cuatro años después. Un ingeniero gallego recibió desde Gibraltar unas dosis procedentes del ejército americano, pero resultaron insuficientes. En Madrid, los familiares de una niña consiguieron traer ampollas a través de la embajada de Brasil, pero cuando llegaron la enfermedad ya estaba demasiado avanzada.

Habrá que ver quién del Gobierno ejercerá de doctor Simón en materia económica durante la catástrofe que se avecina, aunque es previsible que sea una respuesta coral. Ayer fue el ministro de Sanidad quien salió en la rueda de prensa diaria para dar la cara por el desbarajuste respecto al decreto de paralización de todas las actividades no esenciales. Para su suerte, a los ministros no se les va a contagiar un ERTE.

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